Por Paola Albarrán
La legalización del aborto para niños Down en Gran Bretaña, sólo es un reflejo de los miedos que nos tienen paralizados como humanidad.
¿En qué momento se legalizó la negación a aprender a amar de manera diferente?¿En una realidad donde valemos por el número de ingresos?, ¿de raza?, ¿de cromosomas? Vivimos en una época de seguros de vida. Asegurarnos de cualquier forma para estar más cerca de la felicidad. Tener ese seguro de vida que no nos va a pasar nada; Intentar protegernos tanto, que se nos olvide que a lo que venimos es a vivir. Que no se nos olvide que no hay mejor seguro que amar tanto la vida;que podamos con todo lo que en ella venga.
¿Por qué nos dominan nuestros miedos?
Nos debemos a ellos de manera cotidiana y consiente algunas veces. Nos da miedo fallarnos con aquello que creemos que nos identifica, perder de alguna forma la película perfecta que hemos creado de nosotros mismos. Cuando en el fondo el miedo es a no poder conectar realmente con quienes somos y esa constante e inevitable evolución. Miedo a perder satisfacciones en la vida. No tienes nada que perder si no posees nada. Son esas imágenes que pensamos que nos definen quienes somos; algún titulo, algún puesto, alguna tarjeta que represente de forma maquillada lo que nuestro ego enmarca. Miedo a la vida, hay quienes no saben vivir; mojarse, recibir, escalar la luz, la circunstancias más puras que la vida misma te pone en circunstancias para salirse de la zona de confort y crecer. Le tenemos miedo a la vida, le tenemos miedo a amar. Le tenemos miedo a perder lo que tenemos, cuando lo único que tenemos es la vida y la preciosa oportunidad de evolucionar y aprender las lecciones más importantes que se aprenden dentro y se reflejan afuera, sin embargo estas lecciones no siempre vienen envolturas perfectas.
Posiblemente otro miedo es a perder lo que tenemos. Perder nuestra comodidad, nuestra libertad, los bienes materiales, aquello que pensamos que nos sirve y al final acabamos sirviendo a ello. Siempre es difícil perder, pero olvidamos que es parte del proceso aprender a soltar para poder seguir subiendo.Nos pasamos la vida defendiendo “lo que es nuestro”, cuando al final no lo es. Son cosas transitorias que pasan y por asegurar que no te pase nada, lo que te deja de pasar es la vida. Nos da miedo lo que somos, y a aceptar lo que Dios tiene escrito en el libro de nuestra vida, y que ciertamente sabe siempre más. Nos da miedo aceptarnos en realidad. Nos da miedo conocer de frente la misión que tenemos en la vida.Le tenemos miedo como humanidad a cada vez a más cosas que no se reconocen y entonces no nos sentimos seguros de sabernos capaces de amar, y cualquier tema se politiza y se lleva a otro lugar.
Un tema de amor se lleva a los tribunales.
Pero, ¿porqué las razones del corazón se discuten afuera bajo las leyes? Cuando considero que no hay mejor diálogo que el silencio cuando se debe de tomar decisiones importantes de vida, se silencia la voz interior y se conecta con el miedo más profundo que tenemos, que es el miedo a amar.¿Por qué amar a algo que no es perfecto?. ¿Porque estamos cambiando el mensaje?¿Qué es lo que queremos conquistar como sociedad?; ¿el éxito?, ¿la eficiencia?, ¿la ciencia?, ¿el amor?. ¿Cuáles son esos papeles que desempeñamos? ¿Cómo podemos completar una obra maestra si no aceptamos los colores de la paleta que nos esta ofreciendo la vida? si no tenemos toda la gama completa como sociedad. Somos una alquimia entre espíritu y cuerpo, y no necesariamente en las mismas proporciones. Hay quien tiene más cuerpo, y hay quien tiene mas espíritu.¿quién está mas completo? Somos algo mucho más profundo cuando reconocemos el alma, que va más allá de la duplicación de 21 cromosomas. ¿Qué es lo que esta completo? ¿Un espíritu con copia en el cromosoma 21? O ¿un cuerpo con un espíritu anestesiado? Anestesiado del dolor que vienen de la mano de la vida.
La legalización del aborto para niños Down en Gran Bretaña, sólo es un reflejo de los miedos que nos tienen paralizados como humanidad.Aprendamos a reflexionar los temas de amor en el amor, y los temas del exterior en los tribunales, y no al revés.